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viernes, 2 de septiembre de 2016

Los organismos vivos

Es muy fácil afirmar que un ser humano, un roble y una langosta son seres vivos, mientras que las rocas no lo son. Sin embargo la vida no existe en abstracto, más aún no existe una manera simple y única línea demarcatoria entre lo vivo y lo no vivo.
Las propiedades de la vida se exhiben en seres vivientes individuales, u organismos. 

¿Qué significa en realidad "viviente" y que es un "organismo"?
"Viviente" reside en actividades particulares, procesos o funciones.
No viviente podría significar muerto o inactivo, términos que no son equivalentes.
Los organismos se distinguen porque en ellos las funciones vitales son, o fueron en otros tiempos, realmente posibles.

Un organismo viviente, es lo que es, en virtud de sus funciones y su estructuras; las funciones lo dotan de la propiedad de la vida, y las estructuras permiten las funciones que mantienen la vida.
Un organismo vivo o ser viviente consume energía para realizar sus funciones y necesita materia para mantener su estructura. El proceso por el cual un organismo toma del exterior energía y materia se denomina NUTRICIÓN.



Los nutrientes de toda clase, son sustancias químicas y como tales contienen energía química. Los nutrientes orgánicos se degradan en el interior de los organismos por medio de una serie de reacciones químicas, entre ella la oxidación, que produce energía. Este proceso de obtención de energía por oxidación de los nutrientes se llama respiración.

Los nutrientes representan un segundo papel importante como materiales de construcción. Toda la estructura del organismo debe de construirse debe mantenerse intacta con "Ladrillos de nutrientes". En efecto, las sustancias químicas de la materia viviente son básicamente iguales que los nutrientes.
El "Motor viviente" no puede distinguir entre combustible externo y partes estructurales internas, porque son fundamentalmente iguales. Por consiguiente, los organismos son estructuralmente inestables, la materia viviente cambia en todo momento.



Las tres funciones de "nutrición, respiración y síntesis" representan en conjunto una actividad vital conocida por el nombre de metabolismo.
El metabolismo también hace que esta "maquinaria siga trabajando"; un sistema que nutre, respira y sintetiza, es capaz de llevar a cabo más nutrición, más respiración y más síntesis.

La continuación del metabolismo requiere el control, de una regulación; su continuación depende de lo armónica que sea la actividad. El control necesario lo proporciona un amplio conjunto de procesos denominados auto-perpetuación.

El proceso de auto-perpetuación denominado control de estado de equilibrio es la regulación más directa del metabolismo. Este control permite que un organismo viviente reciba información de su interior y del medio externo, y que esta información actúe de un modo autoconservador.
Al generar respuestas apropiadas a estímulos determinados, los controles internos mantienen condiciones operacionales adecuadas en la materia viviente.

Pero el lapso de existencia de un organismo es invariablemente limitado. La muerte es un atributo intrínseco de la materia viviente porque las partes del organismo que mantienen el estado de equilibrio también están sujetas a roturas o destrucción.
Las enfermedades pueden considerarse, en general, como fallos de los controles del estado de equilibrio, o como estados temporales de desequilibrio, de des-regulación.



Sin embargo, puede ser que antes de morir haya llevado a cabo otra importante función de auto-perpetuación: la reproducción, proceso biológico definido como la capacidad de dejar descendientes.
En cierto sentido, la reproducción se anticipa a la inevitable muerte individual y la compensa.

La reproducción implica una capacidad de rejuvenecimiento que aún no se comprende bien. Es evidente que hay na profunda diferencia entre viejo y antiguo. La reproducción también explica la capacidad de desarrollo, porque el hijo es casi siempre, además de menor en tamaño, menos completo que el progenitor, en forma y función.

Al sucederse las generaciones, es probable que los cambios ambientales que tienen lugar a largo plazo tengan un efecto sobre la sucesión viviente. En consecuencia, dos organismos emparentados pero separados por muchas generaciones, pueden hallar ambientes muy distintos. Y así como los controles del estado de equilibrio del antepasado funcionaban muy bien en el ambiente primitivo, podría ser que el nuevo ambiente los inutilizara rápidamente.










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